Así las cosas, se ha estrenado la película noruega Troll, dirigida por Roar Uthaug, de cuya filmografía yo solo conocía su versión de Tomb Raider de 2018. La historia de Troll se desarrolla en la montaña Dovre, en la que un ser gigantesco despierta después de miles de años cautivo.
Nos encontramos ante una especie de Godzilla a lo noruego, sustituyendo a la bestia nipona por una criatura tradicional del país escandinavo: el troll. La película está llena de escenas de acción muy bien resueltas. Los efectos especiales son más que resultones. El CGI funciona bastante bien, sin momentos que resulten especialmente "cantosos", y la historia resulta muy entretenida. A mí sus 100 minutos de metraje se me han pasado volando, y lo cierto es que su nivel de producción no tiene nada que envidiarle a la de muchas películas norteamericanas. De hecho, podría pasar perfectamente por una de ellas, incluso con sus discursitos patrióticos típicos de estas pelis de catástrofes. Por suerte no abusan de ellos demasiado.
Tras verla me he quedado con esa sensación del cine de aventuras de los 80 y los 90, que tanto cuesta encontrar hoy en día. Me han gustado también mucho los constantes homenajes que se hacen a películas como Parque Jurásico (con ese momento del temblor del café) o la comentada Godzilla (con las huellas del troll en el suelo). Algún que otro guiño también a Star Trek, con saludo vulcano incluido entre dos de los personajes.
Quizá, en lo negativo, que algunas situaciones pueden resultar excesivamente inverosímiles, pero partiendo de la base de que estamos ante un cuento que termina convirtiéndose en realidad, cualquier tipo de incongruencia o agujero de guion, resulta completamente irrelevante.
En resumen, una historia entretenida con buenos efectos especiales, que no busca más que pasemos un buen rato delante de la pantalla. Perfecta para una de estas tardes lluviosas.
- Puntuación Filmaffinity: 5
- Puntuacion IMDB: 6
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