Las grandes franquicias como Marvel, Star Wars, Star Trek... van encadenando una serie tras otra, y no has terminado de ver una, cuando ya te llega la siguiente. Sin duda este es el sueño de cualquier fan, pero ¿es posible mantener este ritmo y compaginarlo con la calidad?
Si nos fijamos en Star Wars, por ejemplo, a las nueve películas existentes hay que unirles las series de televisión que se han ido creando. En el caso de las películas, hay unanimidad en que la primera trilogía, la de las películas originales, es la mejor. Luego llegaron las precuelas, que fueron bastante criticadas, pero que al final han resultado siendo consideradas mejores para muchos que la última trilogía.
En el caso de las series de televisión, y dejando a un lado las de animación, El Mandaloriano fue considerada por la mayoría como una buena serie, pero a partir de aquí nos hemos encontrado con El libro de Boba Fett, a la que le han caído palos por todos lados, y con Obi-Wan Kenobi, que a pesar de contar con la presencia del mítico Jedi y del mismísimo Darth Vader, tampoco es que haya desatado pasiones entre gran parte de los fans.
Star Wars es tan solo un ejemplo, pero si nos fijamos en Netflix, cuenta con un amplísimo catálogo al que no paran de incorporarse novedades continuamente. Esto que podría parecer bueno, al final provoca que gran parte de su catálogo acabe siendo mediocre, por no decir malo, y que las series de calidad incluso cueste encontrarlas entre tantas disponibles. Los problemas a los que se está enfrentando la plataforma, con una constante caída en sus ingresos y en su número de suscriptores, pueden hacer pensar que igual menos es más.
Sinceramente creo que esta burbuja de streaming en la que vivimos, y en la que cada estudio pretende tener su propia plataforma, ya no da más de sí. El común de los mortales no puede permitirse pagar el coste de estar suscrito a todas estas plataformas. Si a eso le sumamos el progresivo aumento de los precios, y las dificultades que parece que nos van a ir poniendo para compartir cuenta con otros, mucho me temo que este modelo tarde o temprano tendrá que cambiar, y las plataformas que no acaben fusionándose con otras, probablemente tengan muy difícil subsistir. Ahí está el caso de HBO Max.
Así que, respondiendo a la pregunta del título de esta entrada ¿Calidad o Cantidad? Definitivamente me quedo con la calidad. Necesitamos menos plataformas y menos catálogo que permita una mayor calidad de las series y películas que vemos en nuestras pantallas. Es preferible ver una serie al año y disfrutarla, que estar encadenando unas con otras sin parar, con una calidad más que dudosa.
Esto es lo que yo pienso ¿Y tú qué opinas?
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