La trilogía está basada en la serie de novelas de R.L. Stine, autor también de la serie Pesadillas. Las tres películas te trasladan a ese cine de terror típico de los 90, con persecuciones que te mantienen en tensión en todo momento, y su punto exacto de gore, sin excesos.
Las tres cuentan con la dirección de Leigh Janiak, que curiosamente ya se encargó de la serie de televisión de 2005 Scream. Fueron rodadas a la vez, y Netflix las ha ido estrenando una detrás de otra con una semana de diferencia.
- La Calle del Terror. Parte 1 - 1994: Un grupo de adolescentes descubre que los horrendos sucesos que se están produciendo en su pueblo desde hace generaciones, podrían estar conectados. Quizá estemos ante la más floja de las tres películas, lo que no significa que sea mala. Es la que más me recuerda a Scream, con constantes persecuciones de los asesinos a los protagonistas, cuyos padres, por suerte, están desaparecidos en las tres películas. Los personajes son estereotipos, con toda la intención del mundo, en mi opinión. En todo momento sabes que poco a poco van a ir cayendo uno detrás de otro, aunque reconozco que hay algún giro de guion bastante sorprendente. Me quedo con la variedad de los asesinos que aparecen y la originalidad de algunas muertes.
- La Calle del Terror. Parte 2 - 1978: Esta vez la trama se desarrolla a finales de los 70 en un campamento de adolescentes. En mi opinión, mejora bastante a la primera película. Es mucho más oscura y sombría, y no ha dejado de recordarme, salvando las distancias, a Viernes 13. Es muy entretenida, y hay más y mejores muertes que en la primera parte, con un ritmo endiablado de principio a fin. A destacar también la gran cantidad de canciones de los 70 que suenan durante toda la película.
- La Calle del Terror. Parte 3 - 1666: En esta tercera parte de la trilogía, la trama se desarrolla en el siglo XVII y en ella se van atando cabos que explican todo lo acontecido en las dos anteriores películas. Creo que es mejor que la primera, pero inferior a la segunda. En mi opinión, arranca de una forma un poco lenta y le cuesta coger el ritmo, aunque tiene unos soprendentes giros de guion, con una parte final bastante buena y sorprendente.
Quisiera hacer una mención especial a la banda sonora de la trilogía, que corre a cargo de Marco Beltrami y Anna Drubich. Acompaña perfectamente a los momentos de tensión, y a esas persecuciones típicas de este tipo de películas. Creo que luce a un muy alto nivel.
El reparto es el mismo en las tres cintas, aunque interpreten a distintos personajes. Están todos bastante bien, pero yo destacaría por encima de los demás a Kiana Madeira, que está sensacional, sobre todo en la última.
En resumen, si te gustan películas como Scream, Viernes 13 o Sé lo que hicistéis el último verano, te lo vas a pasar pipa. Es un homenaje total a ese tipo de cine y son muy entretenidas. Yo, desde luego, las he disfrutado.
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