Alguno dirá que el argumento está más que visto, y es cierto, pero lo que diferencia a esta película de otros productos similares, es que son 87 minutos frenéticos en los que el ritmo no decae en ningún momento y en los que Aja, muy hábilmente, y mediante una sucesión de planos cortos, consigue mantenerte con el corazón en un puño.
El guion es obra de Michael Rasmussen y Shawn Rasmussen, la banda sonora está compuesta por Max Aruj y Steffen Thum, y la fotografía corre a cargo de Maxime Alexandre.
En mi opinión, es una de las mejores películas sobre bichos que se quieren comer a personas, que se haya hecho en los últimos años. Los efectos especiales son más que correctos, y los encuentros de los protagonistas con los caimanes están perfectamente resueltos.
Entre cada secuencia de acción hay diálogos que sirven de descanso, sobre la relación entre el padre y la hija, pero que no aportan tampoco demasiado. Pero que no cunda el pánico, ya digo que el ritmo es frenético, y poca oportunidad de hablar tienen en su lucha por sobrevivir.
Es evidente que con el fin de favorecer el desarrollo de la acción, los guionistas se toman alguna que otra licencia, como la asombrosa recuperación de padre e hija cada vez que son atacados por alguno de los caimanes, o el hecho de que, según convenga, los animales puedan saltar varios metros o ser incapaces de superar unos pocos centímetros. Mención especial a ese momento en el que el padre anima a nadar a la hija rodeada de caimanes porque de niña fue campeona de natación. En cualquier caso, nada a lo que haya que dar demasiada importancia.
Si te olvidas de la credibilidad que puede tener la historia, que es ninguna, sin duda seguro que disfrutas este Infierno bajo el agua.
La película está disponible para todo el mundo en rtve play tan solo hasta el 9 de abril. Por cierto, un genio el que haya decidido que es una idea genial poner el logo de rtve en medio de la imagen.
- Puntuación Filmaffinity: 5,4
- Puntuación IMDB: 6,1
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