Este es el planteamiento inicial de El tubo, película francesa dirigida y escrita por Mathieu Turi. La música es obra de Frédéric Poirier, y la fotografía corre a cargo de Alain Duplantier. La protagonista absoluta de la cinta es Gaia Weiss, que ha participado en la serie de televisión Vikingos.
Lo primero que llama la atención de esta película es su extraño inicio. La mujer aparece en medio de una carretera y es recogida por un coche, que resulta ser conducido por un asesino al que la policía está buscando. Frenazo, golpe contra el cristal, y nuestra protagonista aparece de repente dentro de la misteriosa estructura. A partir de aquí comienza la lucha de esta mujer por escapar de la instalación.
Podríamos decir que El tubo es Cube (1997) a la francesa. Solo que aquí todo es mucho más claustrofóbico. En Cube los personajes iban atravesando espacios más o menos abiertos, mientras que en El tubo, la mujer se mueve a lo largo de pasadizos estrechos y agobiantes. La tensión está más que lograda, con una atmósfera muy conseguida. A partir de ahí, poco más que contar, una fase detrás de otra con diferentes trampas de las que escapar y con algún que otro momento gore.
Una parte fundamental de la película, y de que depende que funcione, es la interpretación de Gaia Weiss. Por suerte, cumple sobradamente. Como punto negativo, el paso del terror al drama en ocasiones resulta un poco forzado. Cuando crees que la película va por un lado, de repente cambia de registro, ya digo que no siempre con fortuna.
Tras 90 minutos de sortear trampas, llegamos a un extraño final que a mí me ha dejado algo desconcertado, la verdad. En fin, que si te gustó Cube, es más que probable que también lo haga esta película. Eso sí, si no te sientes cómodo con los espacios cerrados, mejor no la veas.
Disponible en Amazon Prime Video.
- Puntuación Filmaffinity: 4,8
- Puntuación IMDB: 5,4
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