La verdad es que tenía bastantes dudas sobre el éxito de esta nueva temporada de la serie después de haber pasado tanto tiempo desde la anterior: Nada menos que tres años. Pero lo cierto es que me ha encantado. De nuevo los hermanos Duffer nos dan toda una lección de cómo hacer una buen producto televisivo. El nivel de producción es altísimo, y se nota que no se han escatimado recursos a la hora de preparar la temporada.
De nuevo la combinación de nostalgia, drama, humor, terror, música ochentera, unas excelentes interpretaciones, y un buen guion, dan como resultado una temporada redonda, que me ha mantenido pegado a la pantalla de principio a fin. A todo esto hay que unirle unos más que decentes efectos especiales. Como ya ocurriera en la tercera temporada, dividir a los protagonistas en diferentes equipos para el desarrollo de distintas tramas, es todo un acierto, y vuelve a funcionar. En cualquier caso, y como decía antes, creo que los dos últimos episodios adicionales son un poco rizar el rizo. Especialmente, el último, con una duración de dos horas y veinte, como si de una película se tratara, pero sin los característicos tres actos de una película.
Ya está confirmada una quinta temporada, que parece ser que será la última. Yo así lo espero. Los chavales ya casi son adultos, y sería una pena que el buen trabajo hecho hasta la fecha se viese enturbiado por intentar seguir exprimiendo a la gallina de los huevos de oro de Netflix. De hecho, igual esta cuarta temporada podría haber sido la última, pero la he disfrutado tanto, que tampoco le voy a hacer ascos a una próxima.
- Puntuación Filmaffinity: 7,7
- Puntuación IMDB: 7,6
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