Protagonizada por Willem Dafoe y Robert Pattinson. Sensacionales los dos. Me gusta.
Rodada en blanco y negro y en formato 4:3, y con una fotografía preciosa. Gran trabajo de Jarin Blaschke. Me gusta.
Argumento: Un farero (Thomas Wake) y su ayudante (Ephraim Winslow) tendrán que pasar solos cuatro semanas en un faro para mantenerlo en buenas condiciones hasta que sean relevados. Puede estar bien. Me gusta.
Comienza la historia, y vamos conociendo a los personajes de Dafoe y Pattinson. La película va avanzando lentamente, pero es lo esperado. La atmósfera de la cinta es inquietante. Tarde o temprano seguro que se desata el terror.
Thomas Wake (Dafoe) no para de tirarse pedos mientras Ephraim Winslow (Pattinson) se dedica a masturbarse a escondidas. Bueno, habrá que esperar un poco. Tiene que llegar pronto lo interesante.
Una gaviota mira a Winslow con mala cara y Wake parece que hace cosas extrañas en la parte superior del faro. Esto empieza a ser un poco raro. Son ya muchos minutos de película y no entiendo nada de lo que está pasando.
Continúan avanzando los minutos y lo más destacado que ocurre es que el personaje de Pattinson tiene sueños húmedos con una sirena, y sigue con su afición de masturbarse a escondidas. Esto es muy raro.
Lo dejo aquí por no terminar de destripar la película a aquellos que la quieran ver. Reconozco que es complicado escribir un guion para una cinta en la que unicamente aparecen dos actores, pero otras veces se ha hecho con muy buenos resultados. Me viene ahora a la cabeza, por ejemplo, Enemigo Mío de 1985. Muy buena.
A lo mejor es cosa mía, y soy yo el que no se entera de nada, por lo que si alguien es tan amable de explicarme qué es lo que pasa en las casi dos horas de metraje, le estaría tremendamente agradecido. De hecho, hasta el último minuto no he perdido la esperanza, y he esperado esa escena bomba en la que se aclare qué es lo que ha estado pasando durante toda la película, pero no. Igual es que todo tiene que quedar a la interpretación del espectador. Puede ser.
Una pena, porque la interpretación de los dos me ha encantado, la fotografía es alucinante, y la atmósfera de tensión está realmente lograda (qué bueno ese sonido repetitivo que no deja de oirse durante todo el film). Técnicamente impecable, pero a mí la historia (un total delirio) nunca ha conseguido atraparme. Una pena.
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